- Zusatztext
Séptimo relato de 10 Secretos de Seducción. Aquella cinta de vídeo la escandalizó y la entusiasmó y la excitó de verdad. La había encontrado en una sala de estar, pequeña y alejada, de Blaystock Manor, la mansión donde estaba trabajando. En aquel momento todo el mundo había salido y tenía la oportunidad de verla de nuevo, con tranquilidad. Allí, en la pantalla, estaba su jefe, el marqués con el que había fantaseado tanto, dándole una azotaina muy sexy a una chica. Y, mientras ella se entregaba al placer, no se dio cuenta de que él entraba silenciosamente en la habitación y la observaba. Sin embargo, la vergüenza que sintió al percatarse se convirtió rápidamente en excitación, porque él le pidió que continuara, y después empezó a acariciarla íntimamente. Aquello solo era una pequeña muestra de lo que ella había visto en la cinta, pero sabía que iba a tener mucho más ¡mucho más!
- Kurztext
Septimo relato de 10 Secretos de Seduccion. Aquella cinta de video la escandalizo y la entusiasmo... y la excito de verdad. La habia encontrado en una sala de estar, pequena y alejada, de Blaystock Manor, la mansion donde estaba trabajando. En aquel momento todo el mundo habia salido y tenia la oportunidad de verla de nuevo, con tranquilidad. Alli, en la pantalla, estaba su jefe, el marques con el que habia fantaseado tanto, dandole una azotaina muy sexy a una chica. Y, mientras ella se entregaba al placer, no se dio cuenta de que el entraba silenciosamente en la habitacion y la observaba. Sin embargo, la verguenza que sintio al percatarse se convirtio rapidamente en excitacion, porque el le pidio que continuara, y despues empezo a acariciarla intimamente. Aquello solo era una pequena muestra de lo que ella habia visto en la cinta, pero sabia que iba a tener mucho mas... !mucho mas!
Séptimo relato de 10 Secretos de Seducción. Aquella cinta de vídeo la escandalizó y la entusiasmó y la excitó de verdad. La había encontrado en una sala de estar, pequeña y alejada, de Blaystock Manor, la mansión donde estaba trabajando. En aquel momento todo el mundo había salido y tenía la oportunidad de verla de nuevo, con tranquilidad. Allí, en la pantalla, estaba su jefe, el marqués con el que había fantaseado tanto, dándole una azotaina muy sexy a una chica. Y, mientras ella se entregaba al placer, no se dio cuenta de que él entraba silenciosamente en la habitación y la observaba. Sin embargo, la vergüenza que sintió al percatarse se convirtió rápidamente en excitación, porque él le pidió que continuara, y después empezó a acariciarla íntimamente. Aquello solo era una pequeña muestra de lo que ella había visto en la cinta, pero sabía que iba a tener mucho más ¡mucho más!